ENTREVISTA | Rubén Uría: “Con una mirada ya sé lo que demanda Marcelino”
- Francisco Rodríguez Collazo
- 4 ago 2021
- 6 Min. de lectura

* Imagen vía: Getty Images
Junto a Marcelino forma un dúo inseparable desde casi sus inicios en el mundo del fútbol. No busca los focos y prefiere que el protagonismo se lo lleve el actor principal, pero al final es tan importante e imprescindible como lo es el protagonista. Él lo sabe, pero prefiere desterrar de su vocabulario el ‘yo’ y cambiarlo siempre por el ‘nosotros’. Se trata de Rubén Uría Corral (Gijón, 1968), segundo de Marcelino García Toral. En esta entrevista habla de su carrera como futbolista y desde el 2005 como mano derecha de uno de los mejores entrenadores españoles en la actualidad.
Pregunta: ¿Cómo está pasando estas semanas de confinamiento? ¿Viendo aún más fútbol que antes?
Respuesta: “Un poco de todo: deporte, lectura, series de televisión, películas…Y referente a la profesión, pues viendo otras ligas, observando futbolistas y actualizando entrenamientos”.
P: Antes de ser entrenador fue futbolista. Pasó, entre otros equipos, por el Sporting de Gijón B, Cultural Leonesa, Lealtad, Pájara Playas de Jandía y Torrevieja. ¿Cómo se definiría como futbolista?
R: “Todas las personas que me veían jugar decían que tenía mucho talento, buen manejo de las dos piernas, velocidad y buen cambio de ritmo. Era un segundo delantero, el media punta de antes, y que me podía adaptar a jugar en banda. Mis inseguridades me impidieron llegar más arriba”.
P: Se formó en Mareo donde, aunque nunca llegaron a jugar juntos, conoció a Marcelino. ¿Qué recuerda de su formación en la Escuela del Sporting? ¿Ha cambiado el fútbol base de esa época con respecto a la actual?
R: “Llegué a Mareo en el 78, año de su inauguración, con 10 años y me fui con 20. Inmejorables recuerdos. Conocí personas maravillosas, tuve buenos y no tan buenos formadores, pero Mareo era un lujo a nivel formativo. Gracias a Dios ha cambiado mucho. Hoy en día hay grandes formadores en la mayoría de escuelas, muy preparados y con muchas más herramientas de las que disponían hace 40 años”.
P: Marcelino fue su entrenador en el Lealtad, pero hay que recordar que tras ganar su primer partido dijo «no» a seguir en el banquillo por no verse preparado para ello. A ustedes, los futbolistas, les sorprendió mucho esa decisión. ¿Les sorprendió porque desde el primer día vieron a Marcelino con madera de acabar siendo el entrenador que es a día de hoy?
R: “Conocí a Marce en el Sporting, pero donde realmente nos empezamos a tratar fue en Villaviciosa por el Lealtad y el colegio de nuestros hijos que son de la misma quinta. Recuerdo que llegábamos a entrenar, yo jugaba en el equipo de Tercera División y Marce entrenaba al Juvenil, y lo veías pasando el rastrillo al campo de arena y colocando conos para delimitar zonas. Una organización del trabajo increíble para entrenar en Primera Juvenil. Y pensaba que a este tío se le va la olla. Así fueron sus comienzos”.
P: Cuando se retiró, inmediatamente pasó al mundo de los banquillos. ¿Siempre tuvo claro que después de ser futbolista iba a ser entrenador?
R: “No, no. Me retiré en el Pájara Playas de Jandía, en el proyecto faltaba crear una estructura deportiva y me lo ofrecieron a mí. En mi cabeza no entraba ser entrenador, pero en el tercer año del proyecto firmamos como entrenador a Javier Vidales y me ‘lio’ para que, a parte de la gestión deportiva del club, hiciera de segundo entrenador”.
P: Antes de dar el salto a la Segunda y Primera División pasó por la Segunda División B. ¿Qué conclusiones sacó de esa formación como entrenador en una categoría tan dura?
R: “Vivíamos al día, con impagos continuos. Había muy pocos equipos con una gran solvencia económica. Era una categoría dura y difícil”.
P: En 2005 se convierte en la mano derecha de Marcelino. ¿Recuerda esa llamada en la que Marcelino le convenció para unirse a su proyecto en Huelva?
R: “Hablábamos a menudo, sobre todo de fútbol. Yo acabé mi contrato con el Benidorm y el Sporting creo que entró en concurso de acreedores. La llamada la recuerdo como si fuera hoy: “Uri, he decidido ir a entrenar afuera y tengo la opción de ir al ……(un equipo que no era el Recreativo). Voy a hablar con Iñaki (su segundo en el Sporting). Si él no viene, ¿te vienes tú?”. A los pocos días me llamo para decirme que Iñaki había decidido seguir en el Sporting y que el equipo había cambiado, que nos íbamos al Recre. Y hasta hoy”.

* Imagen vía: Diario AS
P: Algunos aficionados no se acordarán, pero usted ejerció de primer entrenador en la histórica victoria del Recreativo en el Santiago Bernabéu por 0-3. ¿Cómo vivió ese triunfo teniendo también en cuenta lo sucedido antes del encuentro?
R: “El que yo estuviera en el banco es anecdótico, lo duro fue lo previo, con un accidente mortal de un autobús donde iban aficionados que nos iban a ver. Todo el día pensando que no se jugaba, después del partido había vacaciones de navidad. Fue un día duro. Después ganamos al Madrid”.
P: Después de firmar unas espectaculares dos temporadas en el Recreativo, se van al Racing. Primero metieron al equipo en la UEFA y en su segunda etapa lo salvaron del descenso a Segunda. ¿Qué recuerda de su doble estancia en Santander?
R: “El primer año fue espectacular. Armamos un bloque fortísimo con Toño, Pinillos, Garay, César Navas, Luis Fernández, Colsa, Dusher, Jorge López, Serrano, Munitis, Tchite…y en el banquillo teníamos a gente con mucha hambre. Jugábamos de memoria, con transiciones muy rápidas. Y en la segunda etapa nos salvamos antes de lo que pensábamos. Fue desagradable lo externo, con la llegada de un inversor que al final ni era inversor ni nada. Pero en lo deportivo cumplimos con el objetivo”.
P: ¿Zaragoza es una plaza complicada porque a todas horas te recuerdan la Recopa de Europa y la Copa del 2004? ¿La continúa comparación de esos años gloriosos con el presente le ha venido mal al Zaragoza en las últimas temporadas?
R: “En Zaragoza firmamos con unas condiciones deportivas que después no se cumplieron, ni en la primera temporada, donde cumplimos con el objetivo de ascenso, ni por supuesto en la segunda donde fuimos despedidos. El tiempo nos dio la razón. Una pena porque es un grandísimo club que debería estar siempre en Primera División”.
P: Sevilla, otra plaza muy complicada. ¿Quizás en ese momento se os exigió resultados casi inalcanzables por plantilla y situación del club?
R: “En Sevilla no se dieron los resultados al principio, sobre todo con la eliminación en la previa de la Europa League ante el Hannover. Esa temporada nos hizo crecer después del análisis interno del staff”.
P: En Villarreal fue donde pasaron más tiempo. Ascenso, semifinales de Europa League y clasificación para la Champions League. Fueron destituidos en la pretemporada de la campaña en la cual iban a jugar Champions. ¿Qué pasó? ¿A día de hoy entienden esa decisión?
R: “En Villarreal moldeamos un equipo hambriento, que después de una decepción muy grande (descenso a Segunda) echaban en falta una figura que ejerciera un gran liderazgo. Encajamos muy bien en la filosofía de la entidad, con una gran complicidad entre dirigentes y staff. El resultado fue la revalorización de la plantilla y las buenas clasificaciones. ¿Qué pasó? Nosotros no tenemos claro que ocurrió”.
P: ¿Y la del Valencia?
R: “Valencia era una reválida para nosotros como staff, el club perfecto para hacer grandes cosas, y al final salieron. Dos clasificaciones para Champions y un título (Copa del Rey). Una plantilla comprometida y ganadora, y manteniendo una gran complicidad con el director general Mateu Alemany”.
P: ¿Cree que el detonante de su despido en el Valencia fue ganar la Copa del Rey?
R: “No tengo duda de que la Copa del Rey fue el detonante. Y que Peter Lim quisiera manejar de nuevo el proyecto a su antojo”.
P: Defíname a Marcelino.
R: “A nivel personal es sincero, seguro, firme de convicciones, solidario y agradecido. Una gran persona. Y como profesional es pasional, perfeccionista, analítico y constante”.
P: Usted, las veces que ha tenido que sustituir a Marcelino ha cosechado muy buenos números. ¿En un futuro se ve como primer entrenador?
R: “Creo que la mejor virtud de un segundo entrenador es no querer ser primero. No me veo siendo primer entrenador”.

* Imagen vía: Mundo Deportivo
P: ¿Qué es lo que tiene que aportar un segundo entrenador en un equipo?
R: “Me imagino que cada cuerpo técnico será diferente. Yo con una mirada ya sé lo que demanda Marce. Me considero más asistente que entrenador, aportas todo lo que se sugiere: Análisis del rival, apoyo en los entrenamientos para corregir aspectos del juego, coordinar analistas. Un poco de todo”.
P: Me imagino que habrá visto lo ocurrido en las últimas jornadas de Liga con Eder Sarabia, segundo entrenador de Quique Setién en el Barcelona. ¿Qué opinión tiene al respecto?
R: “Conozco personalmente a Eder. Cualquier acción a este nivel tiene una repercusión enorme. Es una gran persona y seguro que sacará lo positivo de lo que ha pasado. La verdad es que no le doy mayor importancia”.
P: Su hijo también es entrenador. ¿Salió igual de bueno que el padre o mejor aún?
R: “Ha estado en la cantera del Villarreal, Nástic de Tarragona y la pasada temporada se unió a nosotros como asistente y analista. Está en proceso y tiene la gran suerte de estar con un staff de élite. El tiempo dirá”.
P: Vuestro futuro aún no se conoce. ¿Os ilusiona probar en una liga extranjera?
R: “Bueno, ya veremos lo que viene. No nos vamos a precipitar en tomar una decisión. Tuvimos opciones de entrenar esta temporada, pero hay que estar seguros y que el proyecto sea el adecuado”.
P: ¿Soñáis con llegar algún día al banquillo de El Molinón? ¿Qué le falta al Sporting para estabilizarse?
R: “A corto plazo no lo veo, pero sin duda somos del Sporting de Gijón. ¿Qué le falta? Más Mareo”.
*Entrevista publicada el 18 de abril del 2020
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