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Detrás de una pelota siempre viene un niño


*Imagen vía: EFE / Miguel Gutiérrez


Con 73 partidos, Pedri ha sido el futbolista de todas las ligas europeas con más encuentros disputados en la temporada 20/21 entre su club y la Selección. El pasado sábado jugó en Tokio su último partido de la anterior campaña y, tras reincorporarse 72 horas más tarde a los entrenamientos del Barcelona, seguramente este domingo completará su primer choque del nuevo curso 21/22. ¿Se trata de una imprudencia? ¿Sus entrenadores deben ser mucho más prudentes? Si Koeman y Luis Enrique hubieran sido demasiado prudentes, Pedri no habría sido el mejor jugador joven de la Eurocopa. Hay que ser prudentes, pero no exageradamente prudentes. Entre una y otra línea, al igual que ocurre en el aspecto de la protección y la sobreprotección que los padres emergen en sus hijos, se pueden perder muchas cosas buenas de la vida que después, cuando nuestro cuerpo no nos deje disfrutar de ello, nos lamentaremos el resto de nuestras vidas. Perdón por generalizar, pero me está cansando que constantemente digáis que Pedri está cansado y que se va a hacer daño. Pero si es un niño de 18 años. Es un niño, y los niños nunca se cansan de jugar, y menos aún cuando están hipnotizados por la pelota. Pedri está en la edad de estar todo el día corriendo detrás de una pelota hasta quedarse rendido en la cama.


Nunca entenderé ni compartiré aquello que dicen muchos entrenadores profesionales de que con los jugadores jóvenes hay que ir poco a poco. Eso de que hay que dosificarlos e ir metiéndolos poco a poco, no vaya a ser que se cansen y se hagan daño. ¿No será que tienes miedo a que la ‘cague’ en el partido? Y sí, lo normal es que los más jóvenes se precipiten en ciertas acciones del juego, pero eso es lo habitual en un adolescente que quiere demostrar su valía por sí solo. ¿Acaso el entrenador nunca fue un niño que quería jugar todo el día con la pelota? ¿Por qué no dejas que tus ‘hijos’ disfruten su infancia de la misma manera que tú disfrutaste la tuya? El niño se dará un buen golpe contra el suelo pero, cuando eres un niño y el balón sigue rodando, siempre te acabas levantando y actuando como si no hubiera pasado nada para que tu madre no te llame a filas y te retenga en casa. La pelota lo puede todo, hasta el dolor más grande que puede producir el jugar 73 partidos de 90 minutos, más decenas de prorrogas, en menos de un año.


La primera norma que nos deben enseñar en la autoescuela es que detrás de una pelota siempre viene un niño. Es una norma de la vida. Así como cuando tú eras un niño y no te parabas corriendo detrás del balón, ahora como adulto debes saber que ese niño que corre detrás de una pelota no se va a parar, sino que eres tú quien debe detenerse. Es ley de vida. El niño tiene piernas y ganas de comerse el mundo. El adulto mayor tiene sabiduría y ganas de mantenerse en la línea lograda tras tanto correr detrás de la pelota. Aprovechemos y explotemos cada virtud en el momento exacto donde sea más efectivo y beneficioso para todos. Pedri está en el momento de sacrificarse antes de que le empiece a cansar el fútbol. Y el entrenador no puede hacer de freno, y sí debe convertirse en una caja de herramientas necesarias para que ese sacrificio valga la pena. Koeman y Luis Enrique están siendo unos muy buenos padres para Pedri. De vez en cuando se asoman a la ventana para saber que el ‘guaje’ está bien, pero no interrumpen su momento. Tres veces al día se asoman a la ventana para gritar: ¡A comer! ¡A merendar! ¡A cenar! El niño repone las justas y necesarias fuerzas a una velocidad tan alta, con esa ilusión de volver rápido a la calle para seguir corriendo detrás de la pelota, que ni se da cuenta de que se ha comido un puré de vegetales que rechazaba hasta que conoció a la pelota.


Pedri prefiere tener las mínimas y necesarias vacaciones para ayudar al equipo que pasarse dos meses en un yate sin tocar el balón. Si nosotros en verano nos subimos por las paredes porque no hay fútbol, el futbolista canario también se sube por las paredes si no tiene un balón en sus pies ni huele el aroma de la competición. Es hora de sacrificarse porque el pico más alto de rendimiento de Pedri está por llegar, pero también el imparable descenso. Es ley de vida. Ahora toca ascender lo más rápido y solido posible gracias al aprovechamiento de los exclusivos recursos juveniles de las piernas y la vitalidad. Y tranquilos, que cuando el jugador esté realmente cansado ya se lo dirá a su entrenador, o ya será el GPS quien indique que lo mejor es darle un descanso. Pero sí está jugando tantos partidos consecutivos significa que no está cansado.


El futbolista canario de 18 años tendrá más de media vida para descansar en una bartola en Tegueste y disfrutar de las otras cosas de la vida. Ya habrá tiempo para que realmente se canse corriendo detrás de una pelota. Ya habrá tiempo para jugar menos minutos y aportarle al equipo otras cosas que regala la experiencia. Ya habrá tiempo para pensar como afrontar la retirada. En esta vida hay tiempo para todo, pero todo hay que hacerlo a su debido tiempo. Y ahora Pedri está en el momento de la vida de jugar, jugar y jugar como si no hubiera un mañana para jugar más al fútbol. ¿Por qué mientras podamos y el cuerpo nos lo permita no vamos a estar todo el día corriendo detrás de una pelota? Hoy es hoy y lo que pase mañana ya llegará. Mientras llega ese mañana, recuerden que detrás de una pelota siempre viene un niño. Deténganse ustedes, pues el niño, mientras siga siendo un niño ilusionado e hipnotizado por la pelota, no se va a frenar.

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