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Profesores españoles sin ideas innovadoras



Pep Guardiola, Unai Emery y Julen Lopetegui son los únicos entrenadores españoles que esta temporada están dirigiendo a equipos de Champions League. Solo Guardiola lo hace lejos de nuestro país. Entre las ligas de Inglaterra, Alemania, Italia, Francia y Holanda apenas podemos encontrar a cuatro entrenadores españoles. Y en España, nuestros equipos con mayor potencial (Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid) son dirigidos por entrenadores extranjeros. ¿Por qué no hay demanda de entrenadores españoles en las mejores ligas de Europa? ¿Por qué nuestros mejores equipos no confían en el entrenador nacional? Hace 10 años, cuando nuestra Selección ganaba Mundiales y Eurocopas, y nuestra Liga era considerada como la mejor del mundo a nivel técnico táctico, los entrenadores españoles de primer nivel volaban de manera constante hacia ligas como la Premier y los técnicos de categorías inferiores sumaban ofertas procedentes de cualquier parte del mundo. La realidad es que el entrenador español estaba muy bien considerado fuera de España, pero la peor realidad fue que, en general todo el fútbol español, nos sentíamos fuertes e invencibles. Dicha actitud nos condenó a la no evolución del juego. La Selección ya no marca el camino, los equipos de la Liga, además de no ganar en Europa, practican un juego obsoleto, y los entrenadores españoles ya no son tan solicitados en las mejores ligas porque llevan años sin ofrecer ideas o conceptos novedosos. Nos encontramos en el punto de estar en la necesidad de plantearnos un cambio en nuestra cultura de juego, y para ello no hay mejor fórmula que el potenciamiento de la formación de los entrenadores a todos los niveles.


En cuanto a escuela de entrenadores, a día de hoy no hay un mejor espejo al que mirar que la alemana. Los últimos tres técnicos ganadores de la Champions League son alemanes: Klopp con el Liverpool en 2019, Hansi Flick con el Bayern en 2020 y Thomas Tuchel con el Chelsea en 2021. En la actual edición de la mayor competición europea de clubes podemos encontrar hasta seis entrenadores de nacionalidad germana. Pero que los técnicos alemanes como Klopp, Tuchel, Nagelsmann, Flick, Marco Rose y compañía estén de moda no es fruto de la casualidad, sino de un proceso que arrancó con una reforma cultural que el fútbol alemán emprendió a principios de siglo en una situación muy similar a la actual del fútbol español. Federación y Liga alemana trazaron un plan conjunto para cambiar la cultura del juego a partir de la mejora en la formación de los entrenadores. Formadores empezaron a formar a formadores. Maestros como Ralf Rangnick y Frank Wormuth comenzaron a enseñar a profesores, porque al fin y al cabo la labor de un entrenador es la de enseñar cosas nuevas que enriquezcan al alumno. De hecho, el carnet máximo de entrenador en Alemania se llama “Maestro de fútbol”. Igualmente, los clubes de la Bundesliga apostaron y creyeron en este proceso. Por ejemplo, a Nagelsmann el Hoffenheim le dio la oportunidad cuando tenía 28 años, a Klopp cuando tenía 33 años y a Tuchel en el Mainz cuando tenía 36 años. La preparación del talento en los banquillos se está viendo reflejado tanto en los títulos como en la variación innovadora del contexto de la Bundesliga.


Volviendo a España, en la gran mayoría de los partidos de la Liga no se ven ideas novedosas y atrevidas que puedan propiciar la evolución del juego del fútbol. Siempre es más de lo mismo. Cualquier partido de la Liga es una foto fija, ya está todo escrito en su juego. Para cualquier aficionado que se siente delante de la pantalla, sepa más o menos de fútbol, le resulta sencillo averiguar y comprender todo cuanto se hace en el campo, y no debería de ser así. Nos tiene que costar detectar las intervenciones del entrenador, nos deben empujar a escuchar las ruedas de prensa de los técnicos y los análisis postpartido de los especialistas. Los entrenadores españoles de la Liga han logrado que nuestro pensamiento del juego o de un partido esté predeterminado, y que sea un ‘rara avis’ que un gran porcentaje de entrenadores nos pille por sorpresa con sus planteamientos y variaciones durante el encuentro. Realmente siento que en los banquillos de Primera División confluyen muchas ‘medianías’, y quienes parecen que tienen talento para aportar pequeñas innovaciones se acaban estacando por la falta de competitividad. Y realmente creo que el entrenador español que posee las mejores herramientas no está aportando ninguna mejora en el desarrollo del fútbol. Hay que atreverse a inventar cosas nuevas, o por lo menos a aplicar aspectos ya inventados en diferentes contextos. Para que nos tomen en cuenta fuera de nuestras fronteras debemos evolucionar e innovar un juego que está obsoleto. Los entrenadores españoles deben sembrar una mayor calidad y cantidad de ideas sobre el juego. El fútbol español debe darle un mayor valor a la formación de entrenadores y, sobre todo, no generarles miedo a que se atrevan a enseñar ideas novedosas. ¡Sorpréndanme! ¡Atrévanse! Nagelsmann se atrevió con un equipo en descenso y miren hasta donde ha llegado.

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