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El legado de Luis Enrique


* Imagen vía: Miguel Medina (AP)


El legado de Luis Enrique. Tranquilidad, no se asusten, Luis Enrique sigue siendo el entrenador de la Selección Española. Yo también me asustaría viendo la mentalidad de los entrenadores españoles de ‘primera fila’ que seguramente saldrían como candidatos en caso de una no deseable destitución o dimisión del técnico asturiano. No estoy diciendo que sean malos entrenadores, sino que, como ya dejé claro en mi último artículo, sus ideas no comulgan con lo que realmente necesita todo el fútbol español para recuperar el evidente terreno perdido. Luis Enrique es el mejor entrenador nacional que a día de hoy puede tener la Selección, y no por un tema de resultados que ha conseguido y pueda lograr, sino sobre todo por el legado que está construyendo y que en su momento dejará tras su camino por el equipo de todos los españoles. El legado es aquello que nos hace inolvidables para el resto, y estoy seguro que la mayoría de nosotros, dentro de 10, 20 y 30 años, nos acordaremos muy positivamente del trabajo del gijonés. Nos acordaremos de que Luis Enrique fue quien, sin ninguna intención de ponerse la ‘medallita’, dio el paso firme y convincente de apostar por jóvenes talentosos y maduros como Ansu Fati, Pedri, Gavi y Yeremi Pino, entre otros. Recordaremos que fue Luis Enrique quien se atrevió a, en medio de tantos partidos decisivos y con el continuo fantasma de la destitución, hacer evolucionar el juego ‘obsoleto’ de la Selección y, espero con mucho deseo, servir de ejemplo y punto de partida para la imprescindible evolución del juego de los equipos de nuestra Liga. Tendremos presente que, inmersos en una época desilusionante, Luis Enrique fue quien con su personalidad nos contagió a todos los españoles su gran capacidad de superación ante la adversidad.


Si no lo habéis hecho ya, no sé a qué estáis esperando para ver el reportaje que los compañeros de Movistar realizaron sobre la figura del añorado Luis Aragonés. Recomendadisimo, ya no solo para entrenadores, sino también para cualquier persona que tenga dudas sobre si con sus principios y valores, y sin miedo para atreverse, alcanzará lo que busca. Yo lo vi el pasado sábado, y lo volví a ver con mi padre, que no lo había visto, al día siguiente antes de la final de la Nations League ante Francia. Realmente detecté muchas similitudes entre ambos Luises, entre ambas situaciones delicadas vividas con la opinión nacional, entre ambas maneras de atreverse a hacer el cambio que en cada momento demandaba el juego del fútbol español, entre ambas formas de apostar por los tipos de futbolistas a los que más parece que cuesta apostar, entre ambos procesos para llegarle y convencer al futbolista. Luis Aragonés fue un genio incomprendido, como todos los entrenadores sin miedos que no hacen lo cotidiano, lo cual por ser lo más común no significa que siempre sea lo correcto o lo mejor. Luis Aragonés no solo quería ganar la Eurocopa, más bien quería ganarla a través de un cambio en nuestra manera de jugar. Si hubiéramos ganado la Eurocopa jugando como lo habíamos hecho toda la vida, Luis no se habría ido satisfecho. Don Luis no fue comprendido por la afición hasta que no ganó la Eurocopa, pero por lo menos yo no solo le doy las gracias por aquel título, sino sobre todo por el inalcanzable legado que dejó. Gracias por apostar de manera convincente y contra corriente por aquellos pequeños genios de Xavi, Iniesta, Silva, Cazorla, Cesc y compañía. Gracias por traer un fútbol que nos hizo ser admirados en todo el mundo. Gracias por demostrarnos que a través de nuestra manera de ser y estar podemos conquistar cualquier montaña.


Tras la finalización de la Nations League, y recordando la Eurocopa del último verano, me fui a la cama con la sensación de estar viviendo algo muy parecido a lo que vivimos tras el Mundial 2006 de Alemania. En ninguno de los tres casos ganamos el título, pero de los tres torneos me fui con la convicción de que se estaba y se está sembrando un cambio que nos hizo y nos volverá a hacer grandes. En ese Mundial 2006 todos criticaban a Luis Aragonés porque solo se fijaban en el resultado, y por tanto no pudieron fijarse en una evolución del juego que, posteriormente y con la idea más madurada en los jugadores, dio sus frutos de la manera que ya todos conocemos. A los resultadistas les costará entender y aprobar el atrevido trabajo de Luis Enrique hasta que el mismo nos traiga un trofeo metálico. Aunque a mí, y creo a muchos más aficionados sensatos, no nos hace falta ningún título para reconocer y agradecer la ausencia de miedos en el seleccionador para hacer realidad el tan ansiado relevo en todos los aspectos. Pase lo que pase en los próximos partidos y torneos, Luis Enrique, ojalá más tarde que pronto, deberá salir de la Federación por la puerta de los grandes por el legado que va a dejar. Así como Aragonés nos hizo evolucionar de la ‘furia roja’ al ‘tiki-taka’, Luis Enrique nos está haciendo evolucionar, después de varios procesos infructuosos, del tiki´taka a la posesión vertical. Estamos recuperando el terreno perdido. Estamos señalando a los entrenadores de la Liga cuál es el mejor camino para volver a competir con los mejores. Estamos dándoles responsabilidades a jugadores jóvenes que van a marcar nuestro futuro. Estamos adquiriendo la actitud perdida de sobreponerse a las adversidades. Todo ello gracias al legado que está sembrando Luis Enrique.

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