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La útil independencia de Sergio Busquets


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Imagen vía: Getty Images


Yo tengo el pensamiento de que esta vida no la debemos recorrer con convicciones, sino con ideas. Lo que ocurre es que muchas veces esas ideas las sentimos y defendemos de una manera tan contundente que parecen convicciones. Algo parecido me pasa a mí con la percepción que tengo sobre la relación tan estrecha que mantiene el ser humano con las nuevas tecnologías. Una de las ideas es la de que los móviles, ordenadores y demás artilugios son necesarios y positivos mientras no sobrepasemos la línea de lo innecesario, la cual parece que en los tiempos que corren es una línea fantasma. Y, a su vez, defiendo una idea bastante aproximada a la buena o mala convicción de que los móviles convierten al ser humano en algo inútil. La inteligencia artificial nos roba tanta inteligencia humana, que al final acabamos siendo exageradamente dependientes de una cosa cuadrada. La imaginación, la intuición y la inteligencia bien utilizada se ha perdido tanto en el padre y en el joven del siglo XXI, como en la mayoría de los futbolistas ‘modernos’. Para sobrevivir, los primeros dependen de Google y los segundos de un entrenador que no sea un buen maestro. Son personas y futbolistas que necesitan ser manejados como robots.


Empiezo el segundo párrafo de este artículo y aún no he nombrado a Sergio Busquets, el futbolista del cual me surgió la idea general que estoy explayando. No lo nombro porque creo que él no quiere ser el foco de atención, pues demuestra ser un chico normal que no hace cualquier cosa por recibir miles de ‘likes’ en Instagram. Bueno, sigo escribiendo las ideas, que no convicciones, que se me vienen a la cabeza. Tras repetidos intentos fallidos, el otro día mi familia y yo conseguimos coger en Covadonga la salida que nos llevó a la Autopista con dirección a Gijón. En esos continuos errores íbamos guiados por la ‘insuperable’ inteligencia de la señora robot de Google Maps, quien siempre nos obligaba a coger la Nacional con dirección a Oviedo. Por la Nacional tardábamos una hora y media en llegar a casa, mientras que en el último y exitoso día tardamos 45 minutos. Yo soy de los que tiene la idea de que ante grandes problemas (dar la vuelta a toda Asturias por la Nacional y pillando un mareo del copón es un gran problema para mí) debemos tomar soluciones sencillas. La señora debe codificar diferente a mí, ya que casi siempre nos manda por unos caminos más raros. Y oye, que vamos a Gijón, una ciudad que está junto al mar y ella ‘erre’ que ‘erre’ con llevarnos por la montaña. Un día del presente verano, gracias a su gran inteligencia, acabamos subiendo el Alto del Fito.


¿Por qué tomamos la salida hacia la Nacional de Santander que finalmente nos llevó a la deseosa Autopista? Pues yo creo que por factores como la intuición, la inquietud y la inteligencia humana desarrollada a través del aprendizaje. En las anteriores ocasiones también teníamos la intuición de que había que coger la salida de Santander, pero al final siempre subestimábamos nuestra inteligencia y hacíamos más caso a la inteligencia artificial. Sergio Busquets tuvo en Pep Guardiola, y las generaciones de niños pre-tecnología en nuestros padres, a los mejores maestros. Cuando era un niño que no tenía móvil e íbamos de viaje mis padres me decían: “Mira el paisaje”. Y yo me pasaba el viaje viendo el paisaje, la carretera, los carteles de las salidas a los pueblos…Ahora, cuando los niños van de viaje con los ojos pegados al móvil, sus padres de repente dicen: “Mira, una vaca”. El niño mira, o no, y al segundo baja la cabeza. A continuación, otra idea que no es convicción, pero que se acerca a ello. Un buen maestro, como lo fue Guardiola para Busquets, te enseña a dónde debes mirar. Un mal maestro te dice lo que debes ver. Un buen alumno siempre está humildemente dispuesto a aprender. Un mal alumno sólo está dispuesto a aprender por obligación.


Sergio Busquets se mueve como los ángeles por las carreteras comarcales. De hecho, si lo dejas solo y sin móvil en medio de un bosque gigante va a salir de él antes que tú con el Google Maps. Tú, cómo les ocurrió a los jóvenes de la Selección Española en los primeros dos partidos de la Eurocopa, te vas a quedar sin cobertura y, por tanto, sin capacidad de respuesta. Pero Busquets no te va a dejar solo por el bosque, pues él sabe que tú le harás mejor jugador a él por las calles de la ciudad, así como él te hace mejor jugador por fuera de la ciudad. Lo podemos resumir en que Sergio Busquets facilita que Messi sea Messi. Y todo ello gracias a que Busquets no se ha quedado anclado en la fácil dirección del Google Maps. Para no ser uno más del montón, el centrocampista del Barcelona cambió la modernidad de la tecnología por la triple I (Imaginación, intuición e inteligencia) y se adaptó a los pocos resquicios que quedan de la vida y el fútbol de antaño. Para sobrevivir entre los grandes futbolistas, Busquets decidió ser independiente y útil para su equipo y el fútbol. Y como no depende de nada y es tan inteligente, a Busquets nunca se le va a acabar la batería de juego.

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