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Su hijo nació sin gol


* Imagen vía: EFE


Iniciamos el mes de septiembre y llegamos al ya habitual primer parón de La Liga. Tres jornadas disputadas con un máximo goleador tan impredecible como su fútbol: Vinicius Junior. El futbolista brasileño del Real Madrid ha marcado tres goles en el mismo número de partidos completados. Inesperado porque el Vinicius que habíamos visto hasta el momento era la antítesis del futbolista goleador. Y para muchos ha sido aún más inesperado porque nació sin gol. A la madre de Vinicius le dijeron que su hijo había nacido sin gol. “Vaya por dios. Doctor, ¿no hay ningún remedio?” “No señora, quien nace sin gol se queda sin gol para siempre”. El médico debe ser que nació sabiendo traer niños sin gol al mundo.


Con el talento no se nace, sino que el mismo se forja. El talento es un proceso que se cultiva a través del hábito. Rafa Nadal no nació pegándole tan bien con la zurda a una pelota de tenis. Nadal le pega tan bien con la zurda a una pelota de tenis porque, ya de manera natural e inconsciente, todos los días se pone a pegarle a la pelota con la zurda. O miren, llevémoslo a nuestro día a día. ¿Ustedes nacieron sabiendo que mañana por la mañana se van a levantar, van a hacer la cama, van a desayunar un café con galletas, van a lavarse los dientes, van a vestirse e irse al trabajo? No. ¿Ustedes, cuando se van a la cama, se recuerdan a si mismos que mañana por la mañana se tienen que levantar para hacer la cama, desayunar un café con galletas, lavarse los dientes, vestirse e irse al trabajo? No. Es una rutina que hacemos de manera inconsciente porque lo llevamos haciendo día tras día desde hace muchos años. Y ese era el problema de Vinicius con el gol. Que nadie le ha enseñado como se hace de manera correcta ni lo han motivado para que lo convirtiera en un ejercicio rutinario en su vida.


Quizás esté lanzando las campanas al vuelo, pero es que sinceramente yo estoy viendo una pequeña pero importante evolución de Vinicius en la toma de decisión con balón en zona de finalización. Marcar un gran número de goles en una temporada es muy difícil, y por eso los grandes delanteros son los que más dinero cuestan ficharlos. Y, aunque puedas marcar un gol de una manera corporal incorrecta para ello, lo normal es que tengas más posibilidades de definir bien si haces las cosas bien. ¿Qué diferencia a un gran goleador de un mal goleador? Que el primero intuye, mientras que el segundo piensa. Ese era el deficit de Vinicius cuando, tras recorrer exitosamente el camino más difícil de superar a jugadores rivales en solitario, llegaba al área y se ponía a pensar como le iba a pegar a la pelota y hacia dónde. Daba esos cuatro toques de más que demostraban que el futbolista no estaba habituado a realizar dicha acción de manera constante.


¡Hay que ejecutar! Hay que definir de manera inconsciente, como nuestro día a día. Si pienso como debo hacer la cama, simplemente no hare la cama. Y este vital ‘adiestramiento’ solo llega a través del hábito forjado en los entrenamientos. Pero, repito, aunque pueda ser algo precipitado decirlo, Vinicius está adquiriendo ese gesto intuitivo dentro del área porque lo está practicando de manera deliberada. Es decir, en la competición no está pensando en la ejecución porque Ancelotti, quien creo que le está sirviendo de fuente de inspiración para cambiar, lo está liberando del pensamiento a través de la repetición bien realizada en los entrenamientos.


La gran mayoría de las pocas imágenes que el Real Madrid ofrecía a los medios de comunicación de los entrenamientos dirigidos por Zidane eran sobre una serie de lanzamientos a portería. El propio Zidane se ponía entre jugador y portería para hacer una pared hacia el pie bueno del lanzador. Si os fijáis, Zidane no corregía de manera inmediata en caso de que el jugador, ya no solo que no marcara gol, sino que no definiera de la forma más correcta posible. Yo soy de los que piensa que, en caso de que lo este haciendo mal, el profesor debe corregir inmediatamente al alumno. En ese ejercicio Vinicius practicaba el disparo a puerta, pero no sabia si lo estaba haciendo mal o bien.


A la hora de debatir sobre la más que posible mejora individual del jugador a través de la repetición bien realizada siempre me apoyo en el caso de Sterling con Guardiola. Antes de tener a Guardiola a su lado, el internacional inglés marcaba cinco goles por temporada. Ahora marca 20 goles por temporada. Guardiola se ha pasado muchas horas de calidad con Sterling para cumplir ese objetivo especifico e individual que, al final, no solo repercutiría en una mejora individual sino también colectiva. Muchas sesiones de entrenamiento, muchos partidos oficiales y amistosos, muchas reuniones individuales para analizar videos. Guardiola encontró el ecosistema perfecto para que Sterling cogiera interés por algo que finalmente lo convertiría en un mejor futbolista. Y, según nos cuentan los compañeros que informan sobre el Real Madrid, algo muy parecido está pasando entre Ancelotti y Vinicius. Y yo me lo creo pues, simplemente viendo que ya Vinicuis no piensa en el área, sino que intuye y ejecuta, la mejora de cara a portería es visible. ¿El secreto para que Vinicius esté cada vez más cerca de dominar el aspecto goleador? Entrenamiento, entrenamiento y más entrenamiento.

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