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Un duende que no debe desviarse de su camino


*Imagen vía: Marca


Después de un partido donde se quedó con hambre al no poder comer un gazpacho andaluz, el Real Madrid volvió al restaurante del Santiago Bernabéu y decidió cenar un doner Kebab. A la cena no acudieron los indisciplinados Gareth Bale y James Rodríguez, ni el que tiene muchos problemas a la hora de cortar la carne como lo es Vinicius, pero sí se sentaron en la mesa un Hazard que venía de ser el líder de las patatas fritas en Londres y una promesa de la gastronomía llamada Rodrygo Goes que, con apenas 18 años, solo había probado un poquito de la feijoada (plato típico de Brasil).


Por lo que fue en el Chelsea y es en la Selección de Bélgica, además de lo que costó su fichaje (él no tiene la culpa) y la función que en principio tiene que desempeñar, todos en el Real Madrid esperaban que Hazard fuera el chef principal de la cocina merengue, pero se está demostrando que es su pinche quien ha cogido los mandos. En apenas 15 minutos, y mientras una carne turca de muy bajo nivel no paraba de dar vueltas, Rodrygo cortó la carne de la misma manera que Messi decanta los partidos: Excepcional. Y el Kebab no se lo comió a solas Rodrygo, sino que repartió entre sus compañeros. ¿Hola Hazard? ¿Cristiano, te acuerdas?


Bale, James, Hazard y compañía se han rendido ante un niño de 18 años. Rodrygo los ha pasado por la derecha, por la izquierda y también por el centro, y ha vuelto locos a los jugadores del Galatasaray con su capacidad para desbordar por fuera y su inteligencia para moverse en medio de la trinchera defensiva turca. Destila un juego especial. Entre el músculo y el poderío que caracteriza al Real Madrid brilla un brasileño que iguala su físico liviano con un descaro, una calidad técnica y una envidiable inteligencia con y sin balón. Y además, tiene gol, que fin al cabo es el mayor preciado en el fútbol, y más en un actual Real Madrid tan carente de dicha virtud.


Rodrygo es un duende del fútbol que, con su humildad dentro y fuera del terreno de juego, tiene muy mentalizado el mejor camino a recorrer. Aunque, como ya se hizo con otros duendes que se acabaron perdiendo en el laberinto oscuro del fútbol, los aficionados y nosotros, los medios de comunicación, ya hemos empezado a buscar la maliciosa fórmula para que salga de la ruta establecida. ¿Qué necesidad hay de comparar a Rodrygo con Vinicius? Esta inútil comparación no le viene bien a ninguno de los dos. Al primero, porque a día de hoy le estamos poniendo una vara de medir baja. Al segundo, porque simplemente Vinicius es Vinicius y Rodrygo es Rodrygo. Y acuérdense que son unos niños. «Ha nacido una estrella», «Balón de Oro», «el nuevo Pele»…Todo esto y mucho más ha sido dicho por los medios después de la gran actuación de Rodrygo. Al chico no le estamos haciendo un gran favor, pues a partir de ahora todo lo que haga será peor. ¡Y tiene 18 años! No perdamos a esta delicia del fútbol, por favor…


*Artículo publicado el 9 de noviembre de 2019 en el medio digital 'VIP Deportivo'

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