Un problema de base, un problema de equilibrio
- Francisco Rodríguez Collazo
- 11 sept 2021
- 4 Min. de lectura

* Imagen vía: Chema Rey (Marca)
Luis Enrique está haciendo más con menos. ¿Cuál es la principal función de un director deportivo? Dotarle al entrenador de las mejores herramientas posibles en forma de jugadores. ¿Cuál es la principal petición o deseo de un entrenador? Poseer una plantilla equilibrada que pueda adaptarse a su modelo de juego y, a partir de dicho modelo de juego, competir en cualquier contexto del juego. La palabra clave es equilibrio. Nada de extremismos, sino un poco de todo. Y digo que Luis Enrique está logrando más de lo esperado porque a día de hoy no tiene una ‘plantilla’ equilibrada. En la misma posición del campo hay mucho jugador de un perfil determinado y muy poco de un perfil opuesto. Mucho central con una gran salida de balón, pero muy poco central con un gran rigor defensivo y aún menos con un equilibrio entre ambos aspectos. Mucho volante de ida y vuelta y de romper a los espacios, pero muy poco volante conector con los atacantes y desequilibrante desde el excelso dominio del balón. Mucho ‘falso 9’, pero muy poco 9 de área. Mucho extremo que constantemente se viene hacia dentro para recibir el balón, pero muy poco extremo que aporte profundidad y desequilibre desde la línea de banda. Esto sí que es un problema para Luis Enrique, un problema de base porque el mismo no es fruto del mejorable trabajo en la Selección ni en sus categorías inferiores, sino en la base de nuestra propia Selección: las canteras de los clubes.
¿Por qué en el fútbol español ya no salen tantos centrales sobresalientes en conceptos defensivos? ¿Por qué en el fútbol español ya no salen tantos extremos encaradores a pierna natural? ¿Qué se está haciendo mal en las canteras del fútbol español? Entre otras cosas, que los directores de las canteras tienen el pensamiento de que la formación del niño debe ir exclusivamente direccionada al modelo y sistema de juego del actual primer equipo. Entonces, fichan y forman a jugadores para que rindan con Simeone sin pensar que, ya sea en el primer equipo de dicho club o en cualquier otro equipo, en el día de mañana puedan ser entrenados por Guardiola. En las canteras están cada vez más empeñados en encontrar o ‘fabricar’ futbolistas altos, con los ojos azules y el pelo rubio. ¿No será mejor fichar y formar de una manera equilibrada y compensada a jugadores altos, con los ojos azules y el pelo rubio, y a jugadores bajos, con los ojos verdes y el pelo moreno? El futbolista profesional debería de tener una formación mínima en cualquier contexto. Es decir, por ejemplo, un volante o un extremo debe saber jugar por dentro y por fuera, o en un 4-3-3 y en un 4-4-2. No los podemos encasillar en una especie de dogma posicional, pues al final los limitamos tanto a ellos como a sus entrenadores. Y aquí llegamos al actual Seleccionador de España, Luis Enrique. El asturiano ha recogido y está recogiendo lo mal sembrado. Tampoco estoy diciendo que los futbolistas de la Selección no sean buenos jugadores, todo lo contrario, sino que en cualquier posición del campo hay mucho jugador de un perfil determinado y casi nada del perfil opuesto. Luis Enrique tiene muchos cromos repetidos, y eso al final acaba siendo un limitante en cuanto a la flexibilidad del equipo.
Por muy dogmático que sea el actual entrenador del primer equipo y los próximos 10 entrenadores del primer equipo, al final estos van a acabar necesitando, e incluso agradeciendo, el tener doblada todas las posiciones del campo con perfiles distintos de jugador. El Barcelona de Guardiola era tan dominador en cualquier contexto porque, por ejemplo, en una de las posiciones de volante tenía a Iniesta y a Keita. En cambio, en esta última fecha Luis Enrique ha salido con Carlos Soler y Koke (tal para cual futbolísticamente) como volantes titulares en el 4-3-3. Guardiola poseía muchas peras, pero también, y aunque las utilizara menos tiempo durante la temporada, tenía un importante número de manzanas. Al final, una cesta tan equilibrada y compensada te permite adaptarte a cualquier situación del juego. Voy a comer muchas peras porque entiendo que es lo mejor para mí, pero algún día mi cuerpo me pedirá manzanas. Bueno, viendo las últimas convocatorias de la Selección, integradas por los mejores jugadores españoles, estoy notando que en muchas posiciones clave para el correcto funcionamiento del equipo existe una gran abundancia de un alimento necesario pero también una gran escasez de un alimento igual de necesario que el otro. La escasez de variantes desencadena en que a la Selección le esté costando abrir más y diferentes caminos durante los partidos y, por lo tanto, se convierta en un equipo más predecible para el rival. Cuando necesitemos sidra no se la pidamos a Luis Enrique porque el seleccionador está escaso de manzanas, y no es por gusto sino porque los agricultores, por A o por Z, no las están sembrando con mayor generalidad.
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